Después del desayuno encontramos en la calle a unos americanos ciclistas intentando reparar su bicicleta y, como no puede ser de otro modo, les ofrecimos nuestra ayuda.
Resultó que eran 4 americanos (de Utah) que viajaban con una agencia desde Lisboa a Lagos. La agencia les pone las bicicleta y les lleva el equipaje de un hotel a el otro. Pues resulta que se les había roto la cadena y… ¿dónde estaba la agencia?. Como es algo que ya nos ocurrió en el río Main hace unos años, siempre llevamos herramienta para repara la cadena y perdimos un buen tiempo hasta que conseguimos reparar el eslabón roto.
Salieron ellos antes que nosotros y vimos en los primeros kilómetros que llevábamos la misma dirección, probablemente la Euroveló 1.
Al rato los perdimos de vista y es que en un cruce nos equivocamos y dimos a parar a la carretera principal. Avanzamos por ella unos kilómetros hasta Rogil y allí volvimos a tomar la Euroveló.
La verdad es que fue un día difícil porque no paró de llover y el camino estaba en muy malas condiciones. Antes de llegar a Aljezur hicimos un descenso por un camino muy empinado que parecía más una torrentía.
No hubo percances, e inmediatamente después escalar el pueblo hasta el castillo, que está en lo más alto. Tuvimos que poner pie a tierra para subir porque las ruedas de tracción patinaban sobre los adoquines mojados. Luego el camino se pierde por unas colinas y todo el rato lloviendo y todo el rato un camino pedregoso que hacía muy difícil avanzar.
Así que cuando llegamos a un resort que tenía pinta de lujo, Praia do Canal Nature Resort, decidimos abandonar el camino y buscar la ruta principal.
Un poco más adelante iniciamos el ascenso hacia Espinahco de Cao. Es una carretera con algunas cuestas importantes pero por lo general llevaderas, largas rectas y poco tráfico. Una vez arriba, paramos a tomar un refresco en un pequeño bar (Mercearia da Serra) y nos dejamos caer hacia Benafrim.
Rodeamos este pueblo por un pedregoso camino lleno de grandes charcos y alcanzamos la N125 donde avanzamos muy rápido pero con la incomodidad de un tráfico muy denso y, a veces, poco considerado.
Pasado Portimao nos salimos de la nacional y llegamos por carreteras secundarias llenas de Viviendas vacacionales y olivos, a nuestro hotel. Estábamos agotados pero esta fue una de las paradas a la que dedicamos dos día por lo que teníamos tiempo de descansar y de visitar la famosa cueva de Benajil.
Contratamos una excursión en canoa por la costa con parada en la famosa cueva… y la cueva es bonita pero el espectáculo humano es todavía más interesante. Había cientos de personas aglomeradas en ella. Algunos llegaban en canoa como nosotros, pero otros en lanchas a motor o simplemente nadando. Daba pena.
