La diferencia radica en que, pasado Santa Lucía de Tirajana, en el cruce, en lugar tomar a la derecha hacia Vecindario, giramos a la izquierda hacia Temisas.
Desde el cruce se asciende por la pared del barranco de Tirajana hasta alcanzar la cumbre. Los primeros kilómetros de este ascenso son un poco más duros, pero cuando llegamos a la quebrada y cambiamos de vertiente, la carretera se convierte en un sube y baja muy agradable. En algún giro vemos a nuestra derecha, y abajo, la Fortaleza de Ansite y el Barranco de Sorrueda desde una perspectiva distinta a la que tenemos si bajamos directamente a Vecindario.
A nuestra izquierda el paisaje no es menos impresionante, unas suaves colinas, tapizadas de berodes, tabaibas y retama, asciende hasta alcanzar la cumbre de la isla. Lo que nos da una buena perspectiva de lo alto que nos encontramos.
Un poco más allá la carretera desciende hacia el pueblo de Temisas. Una bajada preciosa porque en Temisas el paisaje también es distinto. Es el pueblo de la isla donde hay mayor densidad de olivos… y eso le da mucho encanto.
Pasado Temisas la carrera desciende hacia Agüimes. Antes de entrar en el pueblo nos encontramos un cruce en el que podemos ir a la izquierda o a la derecha. A la izquierda atravesaremos el pueblo y descenderemos por el Barrio de Las Crucitas hacia el Cruce de Arinaga y desde ahí por la carretera antigua hacia Vecindario y Maspalomas. Si giramos a la derecha iremos zigzagueando por las montañas hasta un nuevo cruce en el que, a la izquierda, bajamos a la Era del Cardón y Vecindario, y a derecha regresamos a Santa Lucía. Tanto si regresamos por Agüimes como si lo hacemos por Vecindario, la carretera hasta Maspalomas es la misma, una larga recta que pasa por Juan Grande y en la que te acompaña un fuerte viento a favor (salvo cuando hay tiempo de sur, que es muy raro) por lo que podemos alcanzar altas velocidades con poco esfuerzo. Hay tráfico rápiso aunque el arcén es ancho y está en buenas condiciones. Algunos repechos.
