de
Fredericia

LFGP

a
Odense


Una etapa de 61 kilómetros, que prometía ser cómoda… y lo fue. Como era una constante durante aquella semana, bajo un cielo azul y un sol radiante.
Salimos del Hotel Gammelhavn y Fredericia temprano, dejamos la ciudad siguiendo la ruta ciclista nº 5 hacia Songhøj. Por fin el carril bici parecía estar bastante bien señalizado, solo nos perdimos un par de veces. El camino cruzó por encima de la autopista antes de llegar a Songhøj y, después de ésta, dejamos la ruta ciclista nº 5, que sigue por la costa hacia el sur, y tomamos la ruta ciclista nº 6, que atraviesa Dinamarca de este a oeste, y que seguiríamos durante todo el día hasta alcanzar Odense. Giramos a la izquierda en el punto en el que la 5 y la 6 se cruzan y poco más adelante dejamos la Península de Jutlandia para cruzar a la isla de Fionia. Hay dos puentes para hacer dicha maniobra, uno es mas grande y directo, y por él transcurre la autopista y el otro da un pequeño rodeo pero conviven en él una carretera, la vía férrea y un carril bici. Lógicamente, éste fue el que tomamos.
La isla de Fionia nos recibió con una agradable sorpresa. Al otro lado costeamos el estrecho conocido como Little Belt hasta llegar a Middelfart, un coqueto pueblo junto al mar. Cruzando sus pintorescas calles nos encontramos con que se celebraba una especie de feria. Mucha gente mayor en la calle, puestos de verduras al estilo de un mercadillo, aunque más ordenado que los españoles, y puestos donde se servía comida y bebida. Aunque era temprano nos pareció que aquel acontecimiento era algo auténtico y merecía la pena hacer una pequeña parada. Así que aprovechamos para comprar algo que llevarnos luego a la boca, en el almuerzo, y nos tomamos un refresco mientras escuchábamos la banda de música que aderezaba el evento. Nos relajamos un rato sabiendo que solo quedaban 50km para llegar a Odense.


Foto fiesta


Hasta Odense la ruta avanzaba entre fincas y hermosos parajes. Antes de llegar nos detuvimos a hacer un picnic con lo que habíamos comprado en Middelfart. En los alrededores de Odense un enorme parque que hizo que la entrada a la ciudad resultara muy agradable. Ya habíamos reservado en el Cabinn Hotel Odense, igual que en Aarhus, y aunque allí la experiencia no había sido del todo satisfactoria (por el calor dentro de las habitaciones) no podía volver a ocurrirnos lo mismo, y el precio era muy asequible. Resultó que las habitaciones eran todavía más pequeñas que en Aarhus pero, en esta ocasión, no pasamos calor. Hicimos lo que hacemos siempre, lavar la ropa, ducharnos y salir a dar un paseo. Cenamos en el centro.


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AMG
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