La Rioja, por tratarse de una Comunidad Autónoma y una Denominación de Origen, tiene una particularidad muy curiosa. Ambas Riojas no coinciden exactamente en el territorio. ¿Cómo es posible? Pues es bastante sencillo. Resulta que la Denominación de Origen de Vinos de La Rioja, se extiende más allá de las fronteras de la Comunidad Autónoma de La Rioja. En concreto hacia el norte, a la provincia de álava, por lo que se la conoce como la Rioja Alavesa. Como no existen fronteras reales esto no interfiere en nuestro viaje, pero siempre es bueno saber por dónde andamos. A su vez, la Comunidad Autónoma de la Rioja se divide en Rioja Alta y Rioja Baja. Nuestro viaje ha transcurrido por la Rioja Alta y la Rioja Alavesa, como se puede ver en el mapa. La Rioja tiene un clima particular y ese es uno de los aspectos que intervienen en que allí se den las condiciones ideales para la producción de un buen vino. El otro es la orografía. La Rioja es una extensa planicie entre dos cordilleras: Al norte la Sierra de Cantabria y al sur la cordillera Ibérica, con altitudes entre los 1.000 y 2.000 metros. De ésta última se desprende hacia el norte, entrando en dicha planicie, la Sierra de la Demanda, con la máxima altitud riojana, el Monte San Lorenzo de 2.271 metros.
Por la extensa planicie que delimitan ambas cordilleras transcurre pacíficamente el Río Ebro, quien recibe agua de distintos afluentes a lo largo de su recorrido: Alhama, Cidacos, Leza, Iregua, Najerilla y el Oja (de donde proviene el nombre de Ri-oja), quien desagua en el Río Tirón que a su vez desagua en el Ebro. Estos pequeños ríos peinan la superficie de La Rioja formando una serie de valles.
Esta orografía tan característica interviene en que se den unas condiciones climáticas especiales. pues la Sierra de Cantabria protege a la zona de la climatología que hay al otro lado.
