de
Punta Hidalgo

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al Puerto

de la Cruz


Las etapas 2 y 3 son, en apariencia, de las más llevaderas del viaje, pero no hay que dejarse engañar por las apariencias. Recorrer la costa en Canarias, si no tienes una carretera que vaya pegadita al mar, implica un sube y baja de barrancos que se convierte en un rompe piernas. Ya veremos.
Desde Punta del Hidalgo deshacemos el recorrido del día previo hasta llegar a Tejina. Desde ahí, y siempre por carreteras secundarias, llegamos a Valle Guerra y tenemos que desviarnos de la ruta prevista hacia la carretera principal porque resulta que es dirección prohibida. Para alcanzar la principal tenemos que subir una buena cuesta y más tarde, al llegar a Tacoronte también hay un par de largas pendientes que nos quitan el hipo. En especial La Calle de la Herrería que termina en el Parque Hamilton.

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Paramos a tomar un refresco en el Bar Casa Domingo, un bar de mala muerte situado frente a una ermita, donde el camarero, un señor mayor de aspecto sucio y desaliñado, nos sirve con displicencia. La mesa está pegajosa y nos recuerda a esos bares del oeste conde, al entrar, solo hay hombres, algún borracho, y todos te miran en silencio como si tu visita fuera de lo más inoportuno. Tan desagradable nos resulta que solo tomamos un refresco y seguimos la ruta para volver a parar un poco más adelante en la Cafetería Fran's con terraza que sí merece la pena.
Luego un buen tramo en el que la carretera va paralela a la autovía. Es una pena pero como contrapartida tenemos unas espectaculares vistas del mar.

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En La Victoria de Acentejo nos separaremos de la autovía pero la cosa no mejora porque la carretera que atraviesa el pueblo tiene demasiado tráfico y no resulta agradable. Luego ya todo es bajada para entrar en el Puerto de la Cruz por carreteras secundarias. Pero nos perdemos buscando el hotel. Da miedo ver los hoteles cerrados y tan poca gente en la calle. Se siente el daño que el coronavirus hace al turismo y en particular a la economía canaria. El Hotel Puerto Palace no está del todo mal pero a la hora de la cena preferimos coger un taxi e ir a cenar al Restaurante Atuvera. Resulta que nos sirven una buena comida y pasamos una velada muy agradable.


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