riesling Oppenheim

Gastronomía


Sí, nos gusta viajar en bici y conocer el mundo dándole al molinillo, pero también nos gusta comer. No vamos a engañarnos a estas alturas de la película, la gastronomía es, sin duda, una parte muy importante del viaje. Fiel reflejo del carácter de un pueblo y de su cultura… pero es sobre todo importante porque llegamos muy cansados y hambrientos a nuestros destinos.
La comida a lo largo del recorrido, particularmente en Suiza y Alemania (descartamos Francia), nos resultó monótona con el paso de los días.
Los desayunos solían estar incluídos en el precio de la cama, y eran particularmente floridos, con huevos fritos y ese tipo de cosas que nadie suele desayunar en su casa… no tenemos nada que decir sobre ellos, son lo mismo estés en Alemania o en China (bueno, tal vez en China…).
El almuerzo, durante la ruta, solemos hacerlo frugal. Muchas veces parábamos a media mañana en una tienda a comprar pan y embutido, y si había un rincón agradable y pintoresco un poco más adelante, nos tumbábamos sobre la hierba para dar buena cuenta de aquellos manjares.

Foto de un supermercado en Marckolsheim

En otras ocasiones parábamos ahí donde se presentaba la oportunidad. Resultaban bastante agradables para dichos almuerzos las Biergarten (Jardín de cerveza), las había por todas partes y era posible comer algo sencillo (generalmente una salchicha o una ensalada).

Restaurante Festhallen

Luego para la cena la cosa cambia. El cansancio y el hambre son tan grandes a esa hora del día que nos hubiéramos comido a nuestras madres (Freud tendría algo que opinar sobre eso). Solíamos buscar establecimientos especializados en cocina local, generalmente de precio moderado, y los encontrábamos sin mayores problemas. Cervecerías, tabernas, mesas de madera… sitios bastante animados que nos agradaban bastante pero que, con el transcurso del viaje, se tradujo en comer siempre más o menos lo mismo.

Foto plato mixto de carne

Si bien existe variedad, el eje central de la dieta parece el mismo: la carne. Pero aún siendo la carne podrían existir variedad de cocciones y presentaciones… más no es el caso. La mayor parte de las veces la encuentras en tu plato hervida, asada o en forma de salchicha, casi nunca formando parte de un guiso. No vamos a ser sin embargo desagradecidos con la mano que nos dió de comer, muchas cosas podemos decir también a favor y, la primera que se me ocurre es la generosidad de los platos. Las raciones siempre son más abundantes que el volumen de tu estómago y a nosotros, que no nos gusta dejar comida en el plato, en varias ocasiones nos pusieron en serias dificultades.

Restaurante Altes Brauhaus

En el lado francés la variedad es enorme.
No pretende ser está página web, ni mucho menos, un resumen de toda la comida suiza, alemana o francesa. Sería imposible. Nos limitamos a comentar aquellos platos que hemos comido y que más nos han llamado mas la atención. Hay mucho más, por supuesto.

Entrantes



Platos principales



Postres


  • Apfelstrudel. Lo encontrarás en cualquier parte. Todas las cartas tienen un hueco para él, con tres variaciones posibles no demasiado originales: con helado de vainilla, con nata (artificial) o con ambas cosas.
  • Dampfnudeln: Más auténtica y original. Una bola de pan sumergida en una piscina de salsa de vainilla. Recuerda un poco a la torrija pero el pan es más grueso y resulta más seco al gusto.

Bebidas


  • Cerveza Kölsch . ¿Qué vamos a contar de la cerveza en Alemania? Es una presencia constante y no puede faltar en ninguna mesa, ni en ninguna terraza. De hecho, ha cambiado el modo en que los alemanes se refieren a las terrazas: Biergarten (Jardín de cerveza). Las hay de todos los tipos y colores, solo tienes que decidirte. Sin embargo, en este viaje no puedes dejar de probar la kölsch, es la variedad típica de de la ciudad de Colonia.
  • Vino. Probablemente Alemania no sea famosa por su vino pero el Rhin Romántico, desde Maniz (Maguncia) hasta Coblenza es zona de vinos blancos y ello se percibe enseguida en su paisaje. De pronto todas las colinas aparecen tapizadas de vides formando sus características hileras. La variedad más habitual es la uva Riesling, de la que se produce un vino blanco afrutado muy refrescante que nos gusta mucho. Salvo en el pueblito de Assmannhausen, donde es característico el vino tinto de la uva Pinot noir, que probamos y no nos gustó demasiado.

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