de Valparai
a Munnar


Las grandes plantaciones de té, con sus armoniosas curvas, son un espectáculo hermoso y digno de ser visto, pero han sido las responsables de la deforestación de la zona
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Etapa muy agradable. Se empieza con una subida de trece kilómetros a través de un largo valle con múltiples plantaciones de té. Las mujeres trabajan al borde de la carretera arrancando las hojas más tiernas que crecen en la coronilla de los arbustos. Las acumulan en una gran alforja de mimbre que llevan a sus espaldas. El frescor de la mañana y los rayos de sol, anaranjados y horizontales, confieren a la escena un aire bucólico que aligera las piernas de los ciclistas. Una vez alcanzada la cima la carretera cae en un descenso vertiginoso que transcurre por una pared vertical llena de vegetación. Se trata del Aliyar Reserve Forest y no es raro ver a los lados de la carretera señales que alertan de la presencia de tigres y/o elefantes, y es que estamos muy cerca de la Parambikulam Tiger Reserve . Nosotros no tuvimos la suerte de hacer ningún avistamiento pero disfrutamos mucho del paseo. Cada curva es un mirador donde se detienen los jóvenes motoristas que han venido a disfrutar del paisaje. Algunos camiones. Abajo una inmensa llanura que se pierde en el horizonte y la presa de Aliyar, a los pies de la montaña.


Foto recogiendo te


Una vez abajo, y en la misma recta en la que se encuentra el control fronterizo (y es que llevamos dos días siguiendo la frontera entre Tamil Nadu y Kerala) unos puestitos donde venden pescado fresco. Llaman mucho la atención porque los han espaciado con un condimento de un rojo muy intenso. Los fríen sobre la marcha delante tuyo. Esta bueno. Luego seguimos subimos al coche escoba para llegar a Munnar. En el camino atravesamos de nuevo la frontera y varias zonas protegidas: el Chinnar Wildlife Sanctuary, la Marayoor Sandal Reserve el Eravikulam National Park , aunque íbamos con el tiempo justo y no nos detuvimos a verlas ni vimos vida salvaje desde la ventanilla del coche.


MUNNAR:


Esta pequeña localidad de montaña resulta aún más decepcionante que Ooty. Ocupa una gran ladera orientada al oeste, entre grandes plantaciones de té y bosques tropicales, pero ha sido tan explotada urbanísticamente que ha perdido todo el encanto que, de buen seguro, en su día tuvo. Una sutil neblina tapiza constantemente el paisaje, difuminando el horizonte, y los grandes bloques de edificios, la mayoría de los cuales son hoteles de muy mal gusto, emergen de la vegetación y la niebla como monstruos desaprensivos, no habiendo en la ciudad una triste porción de terreno en la que pueda descansar la mirada. La fresca temperatura y las plantaciones té son en la actualidad el mayor atractivo que tiene.


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Para visitar en Munnar:


Contratamos un guía local para escapar de la urbe y visitar una de una de aquellas plantaciones. Fue un agradable paseo de cinco horas durante el que pudimos aclarar nuestras dudas acerca de este cultivo, contemplar el paisaje desde una alta cima y tomar un té, al final del recorrido, en la humilde residencia de una familia de la zona.

Debatimos con ellos sobre la situación de la mujer en la India, y nos resultó muy curioso cómo (tanto él como ella) defendían la idea de que la igualdad entre géneros era completa. Nuestra impresión general del paseo fue bastante agradable. Nos llamó la atención la serenidad que se respira cuando estás perdido en la inmensidad de aquellos cultivos y cómo, siendo el té una actividad económica que da trabajo a tanta gente en la zona, vimos a muy pocos empleados realizando la poda a lo largo de los días que dedicamos a las montañas… no sería la época.


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Para alojarse en Munnar:


The Panoramic Getaway es una más de esas moles de cemento que tanto afean el paisaje de la zona. Las fotos de su página web dan una idea errónea de lo que en realidad uno se encuentra, que es un hotel convencional, como cualquier otro: correcto pero sin ese encanto que tienen en la India los hoteles que han aprovechado los viejos edificios coloniales. Está un poco alejado del centro urbano, aunque eso no es un mayor problema pues, como ya hemos dicho, el centro urbano no merece la pena. Tiene un restaurante en el que abundan los platos chinos y una piscina en la azotea, de agua climatizada, en la que uno se puede dar un baño contemplando el paisaje.


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