Una etapa tranquila acompañada de muy buen tiempo. Ese buen tiempo para la bici que tiene que ver con el cielo nublado pero sin lluvia.
La primera parte avanzaba paralela a la costa por caminos que alternaban asfalto y tierra hasta llegar a Altura. En ese punto cruzamos la nacional y comenzamos a adentrarnos en el continente hacia Castro Marim. Ya empezaron las primeras rampas y los sudores, porque las nubes hacían efecto invernadero y el calor y la humedad eran muy altos. Sin embargo las subidas eran bastante llevaderas.
En Azinhal paramos en una gasolinera a tomar unos refrescos pero el encargado nos echó una bronca por aparcar justo a sus flores y decidimos seguir de largo ante la falta de cordialidad. Así que la parada la hicimos en el Bar Los Albertos en la localidad de Alcarias. El bar estaba lleno de hombres pero poco a poco fueron llegando parejas para el almuerzo.
Desde allí solo fue un esfuerzo más para llegar al Guadiana y disfrutar de un agradable paseo paralelo a sus costas.
Nos impresiono lo caudaloso del río y la paz y tranquilidad que reina a su alrededor.
Llegamos a Alcoutim y nos tomamos unos sandwiches y unos refrescos en la agradable terraza con vistas al rio del Bar Beira Rio. Luego nos alojamos en el Hotel. Nos dimos un baño en la piscina y dormimos una pequeña siesta.
Al atardecer salimos a dar un paseo por las callejuelas del pueblo A contemplar las vistas del rio, embobados por la imagen de San Lucas del Guadiana en la otra orilla. Era lunes y la mayor parte de los restaurantes estaban cerrados por lo que cenamos en el único que estaba abierto… Camané.
