Cayo Coco representa la mitad de nuestro viaje y por ello habíamos decidido hacer una parada aquí durante un par de días (renunciando a visitar Trinidad, Sancti Spiritus y Cienfuegos. Ciudades muy recomendables en la costa sur, pero que ya conocíamos de anteriores viajes). Por eso, porque era un punto estratégico, el punto intermedio, y por ser una zona turística, traíamos el hotel reservado y no teníamos la posibilidad de cambiar de planes. Para complicarlo más todavía, como habíamos adelantado una etapa al saltarnos la parada en La Florida, tuvimos incluso que contratar una noche extra a través de una agencia de viajes en Ciego de Ávila.
Fueron unos días extraños. Al poco estar descansando ya añorábamos la bici. Pero tuvimos suerte porque estuvo nublado, hubo lluvia, viento, y un mar muy revuelto. Así que al final hasta nos vino bien la parada y que esta tormenta nos pillara allí, en un buen hotel con variedad de entretenimiento, pues en la carretera, pedaleando, hubiéramos pasado un mal rato.
Practicamos yoga, lavamos la ropa, leímos, almorzamos langosta a la parrilla, recorrimos en bici Cayo Coco y jugamos un partido de tenis.
Si miras atentamente el mapa de Cuba, verás que Cayo Coco y Cayo Santa María están muy cerca el uno del otro. Sin embargo no hay carretera que los una. Por eso habíamos previsto ir en bici hasta Cayo Guillermos y navegar desde allí a Cayo Santa María para luego regresar a la isla principal y seguir nuestro viaje desde Cayo Santa María. No se trata de una ruta comercial, por lo que para hacerlo habíamos contactado con Kenia, una empleada del Catamarán La Marina (comercial@cco.marlin.tour.cu. Tfno. 0053-33-301515) y acordado un precio de 800 euros por transportar a cinco personas con sus bicicletas de un cayo al otro. El precio era un poco elevado para los estándares de Cuba, pero incluía pasar el día en el mar, una sencilla comida y el tipo de actividades acuático-recreativas que suele ofrecerse al turista en ese tipo de viaje. Era eso o hacer un rodeo en coche. Como estaba apalabrado pero no pagado estuvimos pendientes del tiempo hasta el último momento, pero no mejoró y resultó imposible. Tuvimos que buscar un plan alternativo. No podíamos retomar nuestra ruta renunciando al Cayo Santa María (aunque nos hubiera gustado) pues habíamos pagado la estancia en el Meliá Cayo Santa María, ni ir en bicicleta de un cayo a otro en un día (un rodeo de 200 kilómetros). Así que tuvimos que alquilar una furgoneta y hacerlo por tierra. Nos costó 150 CUC, con lo que ahorramos dinero respecto a nuestros primeros planes.
